Nuestra crónica de#Arqueonet2016
‘Bien está lo que bien acaba’, así reza el dicho popular que ejemplifica muchos de los proyectos en los que desde Jansá Cultura y Tecnología nos embarcamos. Y, por supuesto, #Arqueonet2016 no podía ser menos.
Aunque la idea partió del Colegio de Arqueólogos de Madrid y de su vicepresidente, Pablo Guerra, en un principio se pensó en un concepto mucho más modesto, que fue creciendo sin darnos cuenta hasta convertirse en un congreso celebrado nada menos que en el Museo Arqueológico Nacional. Las empresas invitadas a colaborar en la organización, entre las que nos encontramos, nos movemos todas en la misma dirección, ejercemos una ‘arqueología abierta’ en la que enseñamos prácticamente todo nuestro trabajo sin ningún pudor, con la convicción de que esto servirá para hacernos más grandes a nosotros mismos, y también, a la profesión. Así que para dar vida a este Arqueonet nos reunimos virtualizadores (Virtuanostrum y PAR), arqueólogos públicos (JAS Arqueología) y divulgadores patrimoniales (Lure Arqueologia y Jansá Cultura y Tecnología).
Juntos, revueltos, desorganizados y sin control posiblemente hayamos iniciado un evento con visos de convertirse en internacional y con bastante proyección entre los profesionales y aficionados en la divulgación de Patrimonio. Incluso desde antes de la misma celebración del encuentro, se están recogiendo propuestas que deberán ser meditadas para futuras ediciones, si las hubiese. Desde aquí, también queremos agradecer la ayuda de Raúl Díez, Carmen Marcos, Blanca Samaniego y Andrés Carretero del MAN.
Una cosa estaba clara, no queríamos otro evento con una sucesión interminable y tediosa de comunicaciones y ponencias. Todos los organizadores queríamos algo dinámico y donde participasen los mejores profesionales, porque nosotros mismos queríamos aprender y tener a aquellos cuya labor nos parecía más interesante e innovadora. La inmediatez y cercanía de las nuevas tecnologías no podía traducirse en un congreso estático, sino que debía estar lleno de diálogo, de debate, de “vidilla”. De ahí que decidiésemos centrarnos en la organización de mesas redondas, talleres y master class.
Además, no íbamos a abrir un complicado proceso de selección de propuestas con modelos formalizados. Queríamos invitar a los mejores. Para ser invitado, solo había que hacer una cosa, destacar.
Como quedó claro en el congreso, no es tan importante el número de seguidores como el alcance y la respuesta que tienes. Compartir por compartir no sirve de nada, y tener miles de seguidores sin tener una estrategia y un objetivo, tampoco. Lo realmente interesante es saber crear contenidos que nos enseñen de una forma innovadora y enriquecedora nuestro patrimonio. Como dijo Andrea Vincenti , de Wazo, uno de nuestros colaboradores y patrocinadores, ‘dejémonos de quejarnos y empecemos a hacer cosas. Sólo es ponerse a ello.’
Oído en #Arqueonet2016 por @ArcheoAndrea de @Wazogate: dejémonos de quejarnos y empecemos a hacer cosas. Sólo es ponerse a ello. — arqueonet (@Cong_Arqueonet) 29 de octubre de 2016
Nos gustó mucho cómo Antonio Mencía, el representante de @MiguelónMEH, contaba cómo este preneandertal hallado en Atapuerca nos empezó a hablar en primera persona a través de Twitter. Para que le conociese todo el mundo adoptó el nombre de un ciclista famoso y como era joven y fortachón, en la actualidad seguro que utilizaría las redes sociales para ligar y seguir a sus deportistas favoritos. Nos demostró que muchas veces la gente no busca los datos exhaustivos y rigurosos, que también son indispensables, sino verse reflejado y poderse reconocer en aquello que se está leyendo. Todo eso despierta el interés y hace que la gente se anime a investigar y a aprender.
En todo el proceso nos dimos cuenta de enormes carencias, por ejemplo la presencia de mujeres en este ámbito debería ser mucho mayor. Afortunadamente, se organizó una mesa redonda para debatir sobre la arqueología feminista y los enormes retos que quedan para visibilizar la presencia de la mujer no solo hablando en términos históricos, sino también en el ámbito científico. Como apuntaba Débora Zurro en esa misma mesa, la ciencia debe perseguir la excelencia, hacer “good science”, y hacer arqueología de las mujeres, igual que de otros colectivos excluidos o invisibilizados. El que no lo quiera ver, allá él 😉
Nacho Ares nos habló con acierto de la falta de conexión de los responsables de los proyectos científicos con los medios de comunicación, esto también se puede extender a las redes sociales o cualquier vía de divulgación que se salga del ámbito meramente científico, y así lo reiteró Enrique Garcés. El desconocimiento o el rechazo que producen nuevas vías de conocimiento hace que no se cierre un círculo, donde todos, investigadores y divulgadores hagamos una profesión fuerte y con un objetivo claro, la difusión de la cultura y el patrimonio histórico.
Por la tarde, nos tocó estar de acompañantes en los talleres prácticos, un formato en el que debemos ahondar y en el que nos dimos cuenta de las enormes posibilidades que tenemos a nuestro alrededor. Desde una página web, a la creación de contenidos, ya sean interactivos, multimedia, etc. todo sirve para resultar más atractivos al gran público y mostrar mejor lo que antes se escondía en la imaginación de unos pocos investigadores.
No pudimos estar en las master class, pero si nos llegaron los ecos de cómo ilustradores y virtualizadores están demostrando que las imágenes en sus muy diversos formatos se han convertido en una parte esencial para el conocimiento de nuestro pasado.
Ignacio Bizarra nos abrió los ojos a muchos sobre cómo convertirnos y tratar nuestro trabajo como una marca. En esencia, tenemos que aprender a destacar en un mundo lleno de información y contenidos, el interés hacia el Patrimonio Histórico existe, pero debemos saber destacar y llamar la atención sin olvidarnos de la rigurosidad y la atención a los detalles.
Entre los fallos, uno principal, la falta de tiempo nos obligó a limitar los debates con el público, uno de los puntos fuertes que deseábamos en este encuentro. A pesar de ello, se abrió un nuevo espacio de reflexión y de reunión para toda una serie de profesionales e interesados que están abriendo una brecha en la homogeneidad de la divulgación, con nuevas vías y propuestas muy interesantes.
Y, por supuesto, ¡¡seguimos debatiendo en las redes!!